Ese día, él sentado en ese banco del paseo hacía el parque. Su cara me era conocida, aunque él me dijera que no. Cuando le dí dos besos sabia que era especial, buena persona y que sabría compartir sus buenos momentos conmigo. Hoy por hoy, de él no tengo nada malo. Me ha ayudado mucho y me ha sacado muchas sonrisas. Hoy puedo decir que aunque no nos vemos apenas, le tengo un gran cariño y que con el paso del tiempo irá a mas.
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